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¿A dónde va realmente la grasa cuando se pierde peso?

¿A dónde va realmente la grasa cuando se pierde peso?
¿A dónde va realmente la grasa cuando se pierde peso? Foto: Shutterstock. Diseño: ¡Come esto, no aquello!

Perder peso suele ser un proceso complejo y desafiante, pero ¿alguna vez te has preguntado adónde va la grasa cuando pierdes peso? A pesar de los conceptos erróneos comunes, la grasa no desaparece simplemente en el aire. De hecho, el proceso de pérdida de peso implica una fascinante serie de reacciones bioquímicas dentro del cuerpo. Saber adónde va la grasa cuando pierdes peso puede ayudarte a comprender cómo tu cuerpo quema grasa y por qué algunas formas de perder peso funcionan mejor que otras.

Cómo funciona realmente el proceso de pérdida de grasa:

Cuando comes menos calorías de las que quemas, tu cuerpo aprovecha sus reservas de grasa para obtener energía. Esto desencadena un proceso llamado lipólisis, donde las células grasas liberan su contenido en el torrente sanguíneo para usarlo como combustible. Estos ácidos grasos viajan a tejidos como los músculos, donde se queman para obtener energía.

Pero aquí está el truco: la grasa no desaparece mágicamente. En cambio, se convierte en agua y dióxido de carbono, que se exhala o se excreta a través del sudor y la orina. Entonces, cuando estás perdiendo esos kilos de más, ¡en realidad estás exhalando una gran cantidad!

Cuando haces dieta y haces ejercicio, ¿a dónde va la grasa?

Cuando haces dieta, tu cuerpo busca energía en su reserva de grasa. Descompone la grasa en ácidos grasos y glicerol, que son como pequeños paquetes de energía que el cuerpo utiliza para fortalecerse. Estos paquetes se envían al torrente sanguíneo y las células los devoran para mantenerlo en movimiento.

Cuando haces ejercicio, tu cuerpo acelera la quema de grasa, especialmente cuando tus músculos anhelan más energía. Tus músculos captan ácidos grasos y glucosa para alimentar tu entrenamiento, lo que hace que el proceso de descomposición de la grasa sea más rápido e intenso que simplemente hacer dieta.

¿Dónde sueles perder grasa primero?

El patrón de pérdida de grasa varía de persona a persona y está influenciado por factores como la genética, los niveles hormonales y el estilo de vida en general. Sin embargo, una tendencia común es que la grasa tiende a perderse en las áreas donde está más fácilmente disponible, lo que a menudo significa las extremidades y la cara. Por lo tanto, áreas como la cara, los brazos y las piernas pueden mostrar una pérdida de grasa inicial antes que la sección media u otras áreas donde la grasa tiende a ser más rebelde. Sin embargo, no existe una regla fija y las experiencias individuales pueden diferir.

Consejos para perder grasa corporal:

Perder grasa corporal implica una combinación de cambios en la dieta, mayor actividad física y ajustes en el estilo de vida. A continuación se ofrecen algunos consejos que le ayudarán a perder grasa corporal:

1. Crea un déficit de calorías.

Para perder grasa corporal, necesitas consumir menos calorías de las que quema tu cuerpo. Esto se puede lograr reduciendo la ingesta de calorías o aumentando la actividad física, o ambas cosas.

2. Cuida el tamaño de tus porciones.

Tenga en cuenta el tamaño de las porciones para evitar comer en exceso. Puede ser útil utilizar platos más pequeños, medir porciones y prestar atención a las señales de hambre.

3. Mantente hidratado.

Beba mucha agua durante el día, ya que a veces la sed puede confundirse con hambre.

4. Incrementar la actividad física.

Según las Pautas de actividad física para estadounidenses , debes intentar realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica vigorosa por semana, junto con ejercicios de fortalecimiento muscular dos o más días a la semana.

5. Incluya entrenamiento de fuerza.

Desarrollar músculo puede ayudar a aumentar su metabolismo y mejorar su composición corporal. Incluya ejercicios dirigidos a los principales grupos de músculos.

6. Duerma lo suficiente.

La falta de sueño puede alterar las hormonas que regulan el hambre y la saciedad, lo que provoca un aumento de los antojos y de comer en exceso. Trate de dormir entre siete y nueve horas de calidad por noche.

El estrés crónico puede llevar a comer en exceso o a elegir malas comidas. Encuentre formas saludables de controlar el estrés, como la meditación, el yoga o hablar con un consejero.