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No todo el mundo necesita terapia

No todo el mundo necesita terapia
No todo el mundo necesita terapia. Celia Jacobs para el Washington Post

Mientras camino por mi vecindario escuchando podcasts, me bombardean anuncios que elogian las virtudes de los servicios de salud mental en línea: “¿Estás estresado, ansioso? ¡Consulta a un terapeuta! ¡A todos les vendría bien la terapia! Pero esto no es cierto.

Los problemas de salud mental como el estrés, la ansiedad y la soledad son una preocupación creciente en Estados Unidos, especialmente para los niños y adolescentes. La soledad ha sido declarada epidemia. El sufrimiento psicológico puede señalar un momento de reflexión y cambio, pero no siempre requiere terapia. Existen muchos recursos que pueden ayudar a aliviar el estrés, la ansiedad y la soledad sin recurrir al recurso limitado de un terapeuta.

Qué es la terapia y qué no es

La terapia es un tratamiento respaldado por la ciencia que aborda los síntomas de salud mental que causan problemas importantes en el funcionamiento diario. Por ejemplo, la reducción del estrés basada en la atención plena para la ansiedad o la terapia de procesamiento cognitivo para el trastorno de estrés postraumático. Las sesiones se centran en establecer objetivos de cambio, desarrollar y practicar habilidades que mejoren la salud psicológica y una evaluación continua del progreso hacia los objetivos y las necesidades de tratamiento continuo.

La terapia implica desarrollar confianza y simpatía porque se ha demostrado que la relación terapeuta-paciente es el predictor más esencial de un cambio positivo. Pero desarrollar esta confianza y esta relación en la terapia no es lo mismo que charlar sobre un síntoma como el estrés durante una hora.

Los escépticos de la terapia declaran: "No pago por hablar con un amigo". Son correctos.

Los terapeutas no son amigos de los pacientes, en parte porque se trata de un intercambio unilateral. Los terapeutas tienen formación especializada. Tienen la responsabilidad ética de ayudar a los pacientes a desarrollar conocimientos y desarrollar habilidades.

La terapia no se trata de desahogarse. Se trata de cambio.

Las personas necesitan terapia cuando sus síntomas de salud mental causan graves deterioros en su funcionamiento diario: en las relaciones cercanas, el desempeño laboral, el sueño o las actividades sociales. Por ejemplo, si el estrés laboral de una persona la abruma hasta el punto de faltar al trabajo y, posteriormente, corre el riesgo de perderlo.

No necesitan terapia cuando pueden controlar bien sus síntomas: si se sienten estresados por su trabajo pero continúan desempeñándose bien, tienen una red de apoyo de familiares y amigos, participan en actividades significativas fuera del trabajo y no tienen niveles significativos. de depresión y ansiedad.

Como escribe Tracy Dennis-Tiwary en su libro, “Future Tense: Why Anxiety Is Good For You (Aun Though It Feels Bad)”, nos hemos convertido en un “pueblo frágil” cuando se trata de sentirnos incómodos. Pero no necesitamos programar una cita de terapia cuando nos sentimos mal. Necesitamos aprender a sentir las emociones y afrontarlas.

"La mayoría de las veces, la ansiedad es una emoción humana saludable", escribió Dennis-Tiwary en un correo electrónico. "Y la única forma de aprender a afrontar la situación es desarrollar habilidades para experimentar y superar la ansiedad". Lo que puede volverse más problemático que la ansiedad misma es la “metaansiedad”, o la ansiedad por nuestros sentimientos de ansiedad, dijo.

Cómo desarrollar habilidades de afrontamiento

La terapia ofrece herramientas y apoyo que pueden ser útiles y hacernos sentir bien, pero cuando no sufrimos síntomas "clínicos" (aquellos que causan un deterioro significativo en el funcionamiento diario), esas herramientas y apoyo están disponibles fuera del consultorio del terapeuta. A continuación se muestran algunas formas de desarrollar habilidades de afrontamiento:

  • Consulte los libros de trabajo relacionados con su inquietud. Hay muchas intervenciones respaldadas por la ciencia (las más populares son la terapia cognitivo-conductual y la terapia de aceptación y compromiso) que los expertos han empaquetado en un formato de libro de trabajo para que las personas las realicen de forma independiente.
  • Lea memorias de personas que han experimentado desafíos similares. Conectarse con la experiencia de otra persona puede reducir los sentimientos de separación y proporcionar un modelo sobre cómo afrontar la situación.
  • Utilice aplicaciones de meditación y salud mental para acceder a muchas de las herramientas básicas de afrontamiento que enseñan los terapeutas, como la meditación (Calm, Insight Timer) y el etiquetado de las emociones (How We Feel).
  • Escuche podcasts centrados en la psicología, como “The Psychology Podcast” y “All in the Mind”, y busque temas de episodios o expertos en su área de interés, como la ansiedad por una relación o el estrés por el trabajo.
  • Considere la posibilidad de contratar un coach que se especialice en el área en la que desea realizar cambios, como su carrera o su paternidad. Los terapeutas pueden entrenar, pero los entrenadores no necesitan ser terapeutas. Existen diferencias importantes entre el coaching y la terapia.
  • Identificar grupos comunitarios. El apoyo de otras personas que atraviesan una lucha similar puede, en muchos casos, tener un efecto mayor que hablar en una terapia individual. Los ejemplos incluyen grupos que se centran en la adicción, el duelo o la meditación.

Si ha probado estas estrategias y no se siente mejor, o si las personas cercanas a usted han expresado preocupación por cambios en sus comportamientos, como estar más retraído o irritable, es posible que sus síntomas necesiten apoyo profesional. La señal más clara de que se necesita tratamiento de salud mental de inmediato es cualquier preocupación de seguridad, como considerar el suicidio o autolesionarse.

Hacer cambios para mejorar su vida es como trabajar en el jardín: hay que cavar en la tierra, plantar semillas de cambio, cuidar las frágiles plantas y flores nuevas para asegurarse de que sobrevivan, darles agua y nutrientes y eliminar las malas hierbas. Un terapeuta puede ayudar cuando los síntomas de salud mental dificultan agarrar la pala para empezar, pero la mayoría de las personas pueden ser sus propios jardineros.

Emily Edlynn, PhD, es psicóloga clínica y directora de medicina conductual pediátrica en Oak Park Behavioral Medicine en Oak Park, Illinois. Es autora de “Autonomy-Supportive Parenting: Reduce Parental Burnout and Raise Competent, Confident Children” y co -presentador del podcast “Psicólogos fuera del reloj”.