La depresión es una enfermedad mental grave. Puede afectar cómo se siente, actúa y piensa. A pesar de tener más enfermedades o problemas físicos que los más jóvenes, las estadísticas demuestran que la mayoría de las personas mayores están contentas con sus vidas.
Sin embargo, a medida que pasa el tiempo y la dinámica de las relaciones cambia, los adultos mayores pueden volverse más susceptibles a los sentimientos depresivos. Aquí analizaremos los factores de riesgo, los signos y las formas en que las personas mayores pueden controlar los sentimientos de depresión.
¿En qué se diferencia la depresión en las personas mayores?
Sentirse deprimido de vez en cuando es natural. Aún así, si estos sentimientos persisten durante varias semanas o meses, es posible que esté sufriendo de depresión. Las personas mayores son más vulnerables a los sentimientos de depresión por varias razones. Sabemos que más del 80% de las personas mayores tienen al menos un problema de salud crónico, y el 50% tiene dos o más.
Los profesionales de la salud pueden malinterpretar los síntomas depresivos de un adulto mayor como una reacción natural a una enfermedad o cambios en la vida que pueden ocurrir a medida que envejecemos y no abordamos la depresión. Es fundamental identificar los primeros signos de depresión para dar el tratamiento adecuado. Para evitar que efectos secundarios adicionales afecten aún más su salud.
Factores de riesgo y signos de depresión geriátrica
Numerosos elementos pueden ser factores de riesgo de depresión. Sin embargo, los cinco principales factores de riesgo de depresión incluyen el conductual, el emocional, el cognitivo, el físico y el circunstancial.
conductual
Cada persona aprende a afrontar el malestar a su manera. Para algunos, los cambios de comportamiento son la manifestación más evidente de sus sentimientos y actitudes. Algunos cambios de comportamiento y hábitos estrechamente asociados con la depresión pueden aparecer como los siguientes:
- Descuido de responsabilidades y autocuidado
- Retirarse de familiares y amigos y aislarse
- La disminución de la capacidad de funcionamiento cotidiano, estar confundido, preocupado y agitado.
- Incapacidad para encontrar placer en cualquier actividad.
- Dificultad para motivarse por la mañana.
- Comportarse fuera de lugar
- Negación de los sentimientos depresivos como mecanismo de defensa.
Emocional
Difícilmente existe otra etapa de la vida en la que el cambio sea más evidente que cuando llegamos a la vejez. No sorprende que reconocer estos cambios pase factura a nuestras emociones y sentimientos acerca de la vida. A medida que estas percepciones cambian, uno puede encontrarse sucumbiendo a sentimientos de inquietud como:
- Mal humor o irritabilidad, que puede presentarse como enojo o agresividad.
- Tristeza, desesperanza o vacío
- Abrumado
- Sentirse inútil o culpable
- Arrepentimiento y vergüenza por cómo han resultado las cosas en la vida.
Cognitivo
La disminución de las facultades mentales es otra parte natural del proceso de envejecimiento. Sin embargo, reconocer y gestionar estos cambios de sutiles a aparentes es esencial para ayudar a aceptar la edad con gracia en lugar de caer en un estado de depresión. Los riesgos cognitivos comunes de la depresión pueden aparecer de la siguiente manera:
- Indecisión
- Pérdida de autoestima
- Pensamientos suicidas persistentes
- Comentarios negativos como "Soy un fracaso", "Es mi culpa" o "No vale la pena vivir la vida".
- Preocupaciones excesivas por la situación financiera.
- Cambio de estatus percibido dentro de la familia.
- Problemas de memoria
Físico
A medida que envejecemos, no se puede negar que nuestros cuerpos y capacidades físicas cambiarán. La forma en que respondamos y aceptemos estos cambios a medida que envejecemos será única de una persona a otra. Algunos cambios físicos que pueden afectar la perspectiva de la vida incluyen:
- Dormir más o menos de lo habitual
- Sentirse cansado todo el tiempo
- Movimiento lento y movilidad limitada.
- Dolores de cabeza, dolores de espalda, dolores o molestias similares inexplicables.
- Malestares digestivos, náuseas, cambios en los hábitos intestinales.
- Agitación, retorcerse las manos, caminar de un lado a otro
- Pérdida o cambio de apetito.
- Pérdida (o aumento) de peso significativa
Circunstancial
Las complicaciones asociadas con el envejecimiento pueden contribuir a la depresión en las personas mayores. Estos problemas pueden incluir:
- Enfrentando la mortalidad
- Transición del trabajo a la jubilación
- Dificultades financieras
- Abuso prolongado de sustancias
- Muertes de amigos y seres queridos.
- Viudez o divorcio
- Condiciones médicas crónicas
- Historia de depresión en la familia.
Tratamientos para la depresión en los ancianos
El tratamiento eficaz de la depresión en adultos mayores puede requerir más de un enfoque.
Psicoterapia
Para las personas mayores, la terapia de conversación continua puede ser una fuente de consuelo. La terapia centrada en soluciones a corto plazo (terapia cognitivo-conductual) también puede ayudar a las personas mayores a reducir los patrones de pensamiento y comportamientos que conducen a síntomas depresivos. Según las investigaciones, implementar cambios para los pacientes de edad avanzada, como abordar la salud física y las convicciones religiosas/espirituales, mejora el éxito del tratamiento.
Grupos de apoyo
Los grupos diseñados para conectar a personas mayores que experimentan problemas similares (depresión, afecciones médicas, duelo, etc.) son beneficiosos para establecer apoyo social y brindar un espacio seguro para hablar.
Medicamento
Se pueden tomar antidepresivos para aliviar los síntomas de la depresión. Los antidepresivos pueden tener efectos adversos graves y las personas de edad avanzada son más susceptibles al tratamiento. La medicación debe controlarse cuidadosamente.
Los medicamentos que podría recibir incluyen:
- Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) como citalopram (Celexa), escitalopram (Lexapro), fluoxetina (Prozac), paroxetina (Paxil) y sertralina (Zoloft)
- Inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN) como desvenlafaxina (Pristiq), duloxetina (Cymbalta) y venlafaxina (Effexor)
- Moduladores y estimuladores de la serotonina (SMS), incluidos vilazodona (Viibryd) y vortioxetina (Trintellix)
- Antidepresivos atípicos, como bupropión (Aplenzin, Wellbutrin), mirtazapina (Remeron) y trazodona (Oleptro ER)
- Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), como isocarboxazida (Marplan), fenelzina (Nardil), selegilina (Eldepryl, Emsam, Zelapar) y tranilcipromina (Parnate)
Cambios en el estilo de vida
El ejercicio diario, los hábitos alimentarios saludables y un mayor apoyo social son esenciales para ayudar a los pacientes de edad avanzada con depresión. Amigos y familiares pueden beneficiarse haciendo lo siguiente:
- Programar salidas grupales
- Establecer una visita semanal
- Ayudar con el transporte a las citas médicas.
- Cocine y congele comidas saludables para una fácil preparación.
- Ayude a crear un sistema para que sea más fácil tomar el medicamento con regularidad.
¿Se puede prevenir la depresión?
Muchos se preguntan si se puede evitar la depresión y cómo podrían reducir sus posibilidades de desarrollar depresión. Aunque la mayoría de los episodios de depresión no se pueden evitar, las modificaciones saludables en el estilo de vida pueden beneficiar la salud mental a largo plazo.
- Estar físicamente activo
- Consuma una dieta sana y equilibrada. Se ha demostrado que algunas dietas, incluida la dieta DASH baja en sodio, reducen el riesgo de depresión.
- Duerma entre 7 y 9 horas cada noche.
- Manténgase en contacto con amigos y familiares.
- Participa en actividades que disfrutes.
- Informe a sus amigos, familiares y a su médico cuando experimente síntomas de depresión.
Conclusión:
La depresión es una condición de salud grave que afecta a millones de personas en todo el mundo. El diagnóstico no siempre es fácil, pero el tratamiento adecuado puede mejorar su calidad de vida. Si le preocupa que alguien que conoce pueda estar deprimido, tenga en cuenta la siguiente información sobre la depresión entre las personas mayores. Sepa que la familia y los seres queridos pueden afectar profundamente el cuidado de un adulto mayor. Fomente el tratamiento y ofrezca apoyo para ayudar a su ser querido a vivir una vida plena y feliz.
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