Superar una enfermedad importante afecta todos los aspectos de la vida, no solo una lucha médica. No sólo te afecta a ti sino también a quienes te rodean, ya sea mental o físicamente. Aquellos a quienes les ha ido bien en los mares agitados de la enfermedad a menudo regresan con una comprensión increíble, habiendo experimentado tanto los altos niveles de demostración de coraje como las profundidades de la desesperación. Aquí, exploramos 18 lecciones que cambian la vida de personas que han superado enfermedades de salud importantes:
Acepta tu debilidad
La enfermedad rompe la máscara de la fortaleza y nos enseña que está bien mostrar vulnerabilidad y buscar apoyo cuando sea necesario. En esos momentos, no puedes confiar en la autoayuda y es difícil pedir ayuda a los demás. Comuníquese con sus seres queridos en un momento tan delicado para obtener el apoyo que tanto necesitan.
Valorar la salud
La lección más importante es no volver a dar por sentada la salud. Estar completamente sano y en forma se convierte en un regalo preciado todos los días. La salud es riqueza, por eso cuidarse a uno mismo es lo más importante. Nunca te descuides pensando que nunca has estado enfermo.
Priorizar el autocuidado
El autocuidado es esencial para mantener la salud; no es un lujo. Esto incluye comer alimentos saludables y dormir lo suficiente. La alimentación saludable y dormir lo suficiente son necesidades de todo ser humano, por lo que estas son las dos cosas principales en las que debemos centrarnos en el futuro.
Cultivar la resiliencia
La resiliencia se desarrolla a través de las dificultades y es muy útil para alguien que está enfermo. La dureza que se gana al superar la enfermedad nos permite afrontar los desafíos de la vida de frente con valentía y paciencia, incluso después de que alguien se haya recuperado por completo.
buscar apoyo
Buscar y aceptar apoyo, ya sea de amigos, familiares o grupos de apoyo, es muy importante para superar los aspectos prácticos y mentales de la enfermedad. Pedir ayuda no es una vergüenza; por lo tanto, debemos pedir ayuda cuando sea necesario.
Expresar estar agradecido
El agradecimiento ilumina las bendiciones que a veces se ignoran. Cada minuto de estar bien y cada acto de bondad se convierte en un motivo para estar agradecido. Siempre debemos estar agradecidos por la vida que nos dan, sin importar las circunstancias. Cuanto más agradecidos seamos, más obtendremos en la vida.
Viva conscientemente
Estar en el momento presente reduce la preocupación por el futuro y desarrolla más amor por las pequeñas cosas de la vida. Evite sumergirse en el pasado o el futuro, ya que puede generar estrés y ansiedad.
Desarrollar relaciones
La enfermedad puede afectar las relaciones, pero también resalta la profundidad de los vínculos genuinos. Construir conexiones profundas ayuda al proceso de curación. Por lo tanto, tener familiares y amigos reales es fundamental en muchos aspectos de la vida.
encontrar propósito
Tener que enfrentar la propia muerte comúnmente desencadena una búsqueda introspectiva de significado a la vida. Muchas personas encuentran satisfacción al ayudar a otros o al perseguir sus objetivos a largo plazo. Tener un propósito en la vida nos permite disfrutar de estar vivos y nos ayuda a trabajar más duro por lo que buscamos.
Aceptar el cambio
La enfermedad trastorna la normalidad actual, obligándonos a adaptarnos a circunstancias nuevas y normales. Aceptar el cambio se vuelve necesario para la tolerancia y la mejora. Algunas personas pueden incluso enfrentar cambios físicos permanentes en la vida. Si permaneces estancado en el pasado, tus circunstancias actuales se volverán muy difíciles.
Mantente positivo
En lugar de negar la realidad, tener una mentalidad positiva se centra en las oportunidades, el agradecimiento y la fe, incluso en tiempos difíciles. También hace que la persona se sienta mejor y espere un futuro más saludable. Después de la recuperación, te devuelve a la vida normal.
Celebre pequeñas victorias
Por pequeña que sea, cada mejora es una victoria que debe celebrarse. Cada logro es prueba de fortaleza y perseverancia. Estas pequeñas victorias ayudan colectivamente a lograr una buena salud y volver a la normalidad.
Escuche a su cuerpo
Leer los signos sensibles del cuerpo es necesario para mantener una buena salud y evitar problemas futuros. Si tu estómago te dice que te saltes una comida, escúchalo.
Practica el perdón
Mantener el rencor y la ira dentro de nosotros sólo nos hace sentir más pesados. Podemos vivir en paz cuando nos perdonamos a nosotros mismos y a los demás. Esta es una prueba de nuestra paciencia; aprendemos mucho de este acto. Las personas que perdonan viven en paz y se sienten mejor. Otro paso crítico hacia la recuperación.
Manténgase informado
Adquirir conocimientos da fuerza. Las personas que han sufrido enfermedades a menudo se convierten en defensores de su bienestar y modelos a seguir para los demás, y buscan información y recursos que les ayuden a tomar decisiones acertadas. Estas opciones permiten el proceso de recuperación.
Encuentre alegría en los momentos cotidianos
Encontrar momentos de felicidad y risas en medio de las dificultades se convierte en una luz en la oscuridad. Reír es un remedio, especialmente en momentos de angustia. Muchos estudios recomiendan la risa porque aumenta la inmunidad.
Mantén la esperanza
La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor, y nada bueno nunca muere. El fuego de la resiliencia sigue ardiendo al aferrarnos a la esperanza a pesar de la incertidumbre. La esperanza es una fuerza poderosa que nos mantiene adelante en los peores momentos. La mayoría de las personas que se recuperan de enfermedades graves nunca pierden la esperanza y desean vivir una vida feliz.
Vive auténticamente
Por último, las enfermedades nos enseñan a vivir genuinamente, aceptar quiénes somos y tomar decisiones basadas en nuestras prioridades y objetivos. No intentes impresionar a los demás fingiendo tu personalidad. Una vez que esté sano, todo el drama puede volver a la vida.
Conclusión
En conclusión, superar la enfermedad presenta muchas dificultades, pero también enseña lecciones invaluables que tienen el poder de cambiar la vida de las personas. Al aceptar la vulnerabilidad, hacer del autocuidado una prioridad máxima, obtener ayuda y desarrollar resiliencia, las personas con enfermedades graves se convierten en sobrevivientes y prósperos, armados con el conocimiento y la comprensión para manejar cualquier cosa que la vida les depare.
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