La salud funcional parece bastante simple de entender: un cuerpo funcional y sano y un estilo de vida equilibrado, con todos los sistemas trabajando al unísono. Suena bien, ¿verdad? Pero muchos de nosotros tenemos dolores, enfermedades y dolores crónicos. Es posible que no duermamos bien con regularidad o que suframos una inflamación que deja nuestras articulaciones rígidas todas las mañanas. Quizás el colesterol alto o la presión arterial sean hereditarios en su familia y esté predispuesto a desarrollar enfermedades asociadas con estas disfunciones. Los expertos dicen que estos pequeños desequilibrios dentro de nuestros sistemas fisiológicos pueden acumularse con el tiempo e incluso conducir a condiciones más graves.
La salud funcional ofrece una perspectiva integral sobre estos desequilibrios, que se extiende mucho más allá del manejo de síntomas puntuales. Exploremos las características distintivas de la salud funcional y los beneficios que ofrece a las personas que buscan una postura proactiva en su bienestar.
Descifrando la medicina funcional
La medicina funcional es un enfoque basado en la biología de sistemas para la atención sanitaria moderna. Opera bajo la premisa de que la verdadera curación implica tratar a la persona en su totalidad, no solo los síntomas u órganos aislados, explica el Dr. Mark Hyman, MD, presidente de la junta de Asuntos Clínicos del Instituto de Medicina Funcional.
"La medicina funcional es la ciencia de crear salud", afirma. "Es la medicina del '¿por qué?' Utilizamos un enfoque de sistemas para identificar y tratar las causas subyacentes de las enfermedades".
La salud funcional reconoce que las enfermedades crónicas, que van desde la diabetes hasta la depresión, surgen de una multitud de factores interconectados. Estos pueden incluir inflamación, desequilibrios del azúcar en sangre, alteraciones hormonales, toxinas ambientales y elecciones de estilo de vida. Al evaluar exhaustivamente estas causas fundamentales, los profesionales de la medicina funcional se esfuerzan por reequilibrar los sistemas fisiológicos del cuerpo y liberar sus capacidades curativas naturales.
Cerrando la brecha: medicina convencional versus medicina funcional
En contraste con el énfasis de la medicina convencional en la detección temprana de enfermedades, la medicina funcional adopta una postura aún más proactiva hacia la preservación de la salud.
Mientras que los métodos convencionales se basan en exámenes de diagnóstico para confirmar la presencia de una enfermedad, como la mamografía o las pruebas de colesterol, la medicina funcional profundiza en aspectos como las predisposiciones genéticas, las complejidades metabólicas y los antecedentes familiares. Este enfoque proactivo permite a los profesionales ayudar a alejar a las personas de la trayectoria de las enfermedades crónicas antes de que lleguen.
En otras palabras, como explica el Instituto de Salud Funcional de Atlanta: "No tratamos enfermedades individuales; nos ocupamos de disfunciones de salud subyacentes en cada paciente individual".
Aprovechar el poder de la nutrición en la salud funcional
Un elemento central del modelo de salud funcional es el reconocimiento de los alimentos como medicina. En este modelo, lo que ingresa a su cuerpo se relaciona directamente con sus resultados de salud.
La idea es que ciertas alteraciones del funcionamiento normal preceden a la mayoría de los procesos patológicos. Cuando una persona presenta una deficiencia de nutrientes clave, se afectan los procesos metabólicos y el cuerpo puede intentar compensar dichos desequilibrios. Si se prolonga, esto puede contribuir a problemas hormonales, trastornos metabólicos, aumento de la carga tóxica, estrés oxidativo, debilidad de órganos y más. Estas son las causas fundamentales de las enfermedades crónicas que queremos evitar.
Los profesionales de la salud funcional intervienen en esta etapa para desarrollar un enfoque personalizado de la nutrición, adaptando las recomendaciones dietéticas a las necesidades y preferencias individuales. También identifican desencadenantes ambientales más allá de la mala nutrición, como el estrés, las toxinas, los alérgenos, la genética y el microbioma para personalizar un plan de vida saludable para usted.
Conclusión
Al abordar las deficiencias de nutrientes, mitigar los factores estresantes y optimizar los hábitos de vida, la medicina funcional permite a las personas hacerse cargo de su camino hacia la salud. Este enfoque holístico no sólo alivia los síntomas sino que fomenta el bienestar sostenible al fomentar la capacidad innata de curación del cuerpo. Al desentrañar la intrincada red de disfunciones de salud subyacentes y aprovechar el poder de las intervenciones en nutrición y estilo de vida, la medicina funcional equipa a las personas con las herramientas para recuperar su salud y llevar una vida plena.
Fuentes
Clínica Cleveland
Instituto de Salud Funcional de Atlanta
El Instituto de Medicina Funcional
Medicina familiar de Júpiter Concierge
Este artículo fue publicado originalmente en Certeza Noticias.
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