Reunirse en familia para comer puede tener varios propósitos: desde la conexión social hasta la nutrición. Pero esto también puede hacer que sea difícil controlar la hora de comer cuando alguien de la familia es neurodivergente.
Muchos niños autistas y niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) muestran lo que se ha denominado "conductas alimentarias anormales". Los niños pueden desarrollar estos comportamientos como una forma de afrontar la compleja tarea de las comidas.
Las habilidades involucradas a la hora de comer, como reconocer las sensaciones de hambre y sed, completar tareas en un orden establecido, procesar todo tipo de información sensorial, usar habilidades motoras finas e interactuar socialmente, pueden ser un desafío. Dado que las comidas se realizan hasta seis veces al día, toda la actividad puede resultar desalentadora. Pero no comer lo suficiente puede tener un efecto negativo en el comportamiento, el aprendizaje y la salud.
Entonces, ¿qué puede hacer usted para ayudar a su hijo a obtener lo que necesita a la hora de comer?
Comportamientos comunes
Los comportamientos alimentarios anormales comunes en niños autistas y niños con TDAH incluyen:
- selectividad alimentaria, donde un niño tiene una pequeña variedad de alimentos preferidos y una variedad limitada; por ejemplo, los niños eligen sólo alimentos lácteos o a base de cereales, como fideos y yogur, o tostadas y queso.
- Fuertes preferencias en la forma en que se preparan y presentan los alimentos, incluidas las marcas o la vajilla utilizada, como aceptar solo papas fritas calientes de una fuente o solo poder usar un tazón o tenedor.
- hipersensibilidad a las texturas, como necesitar que los alimentos sean muy crujientes o preferir alimentos suaves como el puré
- comer en exceso o de menos debido a diferencias en cómo los niños entienden y responden a las señales corporales, un sentido conocido como "interocepción". Esto puede significar que pasan largos períodos sin comer o pastan durante todo el día.
- Evitar comer con otras personas y optar por comer en el salón o en el dormitorio.
- inflexibilidad en torno a las rutinas a la hora de comer debido al impulso de coherencia y uniformidad para sentirse seguro. Esto significa que comer en diferentes lugares, en diferentes momentos o comer alimentos desconocidos se convierte en un desafío.
- dificultad para hacer la transición a la hora de comer debido a la hiperconcentración en una tarea preferida.
Obtener suficiente combustible
Si bien algunos niños pueden satisfacer sus necesidades nutricionales a pesar de estos desafíos, otros enfrentan consecuencias más graves. A veces, estas dificultades pueden afectar su crecimiento, provocar deficiencias de vitaminas o minerales, causar problemas estomacales o intestinales e incluso aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas en el futuro.
También tiene un impacto significativo en la vida diaria de los padres y cuidadores que enfrentan estos desafíos mientras intentan proporcionar alimentos a sus hijos.
Los padres luchan por saber cuál es la mejor manera de abordar las horas de las comidas y se preocupan por los posibles impactos de la dieta de sus hijos en la salud.
En lugar de entrar en pánico, castigar o tratar de "arreglar" estos comportamientos, una mejor estrategia puede ser un enfoque más solidario a la hora de comer que reconozca y se adapte a las necesidades del niño.
5 formas de apoyar a los niños con diferentes necesidades a la hora de comer
Hay formas de hacer que la hora de las comidas sea más manejable y nutritiva, reconociendo al mismo tiempo los desafíos y preferencias. Aquí hay seis cosas que puede probar:
1. Identifique alimentos seguros : si su hijo prefiere un alimento o tipo de alimento en particular (como salado, crujiente, ácido), trate de encontrar "alimentos seguros" dentro de cada grupo de alimentos principales (cereales, carnes y pescado, frutas, verduras, y lácteos). Ofrecer estos alimentos puede ayudar a aumentar la ingesta de nutrientes clave de cada grupo de alimentos de su hijo de una manera que se adapte a sus preferencias sensoriales.
2. Un plato, cuchara o juego especial . Si tu hijo prefiere una vajilla específica, permítele usarla dentro y fuera de casa. Esto significará llevar artículos consigo cuando salga a cenar. Introduzca nuevos tipos de vajillas fuera de las horas de comida y úselas en juegos (como en una cafetería o tienda imaginaria) u otras actividades para familiarizarse antes de usarlas en las comidas.
3. Ofrezca comidas y refrigerios con regularidad: las diferencias en la interocepción, o cómo sentimos las sensaciones corporales, pueden significar que los niños neurodivergentes no interpretan los sentimientos de hambre y sed como lo hacen las personas neurotípicas. Por lo tanto, es posible que su hijo no pueda saber fácilmente si tiene hambre o está lleno. Ofrezca comida en un horario predecible (aproximadamente cada dos o tres horas). Algunos niños también tendrán una sensación de seguridad gracias a las rutinas habituales.
4. Siga ofreciéndoles una combinación de alimentos : los niños pueden pasar por fases en las que desean solo un tipo de alimento. Esto puede deberse a conductas de búsqueda sensorial, una necesidad de uniformidad o fijaciones en temas o elementos. Un enfoque de apoyo es ofrecer alimentos familiares y seguros junto con otros alimentos de los grupos de alimentos básicos o de la comida familiar. Es importante seguir brindando oportunidades todos los días para que su hijo pruebe una variedad de alimentos. Esto podría consistir en ofrecerles algo de su cena en un plato lateral o permitirles que se sirvan ellos mismos una selección de alimentos preferidos y no preferidos.
5. Controle la información sensorial : algunos niños encuentran abrumadora la hora de comer debido a la información sensorial de los olores, sabores, texturas, sonidos e incluso la vista de la comida y el comer. Para ayudar a su hijo a controlar la información sensorial, considere usar auriculares para reducir el ruido, usar un ventilador para desviar los olores fuertes u ofrecerle alimentos fríos. Es posible que su hijo necesite distracciones como mirar televisión, usar juguetes inquietos o escuchar música. Siempre póngales un lugar en la mesa familiar y anímelos a comer con la familia, pero permítales mudarse a un espacio separado y tranquilo si se sienten abrumados.
Vale la pena el esfuerzo
Adoptar un enfoque neuroafirmante en la alimentación puede reducir significativamente el estrés que experimentan los niños a la hora de comer. Hacer que se sientan mejor comprendidos y aceptados puede incluso conducir a una dieta más saludable con el tiempo.
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