1. Se cuidan físicamente.
Las personas emocionalmente fuertes saben que nuestra mente y nuestro cuerpo están vinculados. Si bien salir a caminar ciertamente no "curará" casos como la depresión, es imposible sentirse bien internamente si no cuidas el exterior también. Después de todo, los estudios han demostrado numerosas veces que el ejercicio es importante tanto para la salud mental como para la física. Esto podría manifestarse como asegurarse de dormir ocho horas cada noche, comer comidas nutritivas o ir al gimnasio con regularidad. El estilo de vida de cada persona es diferente, pero el denominador común es que hacen del cuidado físico una prioridad.

2. Saben cómo desahogarse.
Las personas fuertes no son inmunes a quedar estancadas por el estrés, la frustración o incluso la tristeza. La diferencia es que han desarrollado mecanismos de afrontamiento saludables para canalizar su frustración o dolor. Para una persona, podría significar ir al gimnasio; para otra, podría significar escuchar la música que le encanta. De cualquier manera, encuentran maneras de deshacerse de esos grandes sentimientos para poder mantener (o recuperar) una sensación de equilibrio.
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3. Piden ayuda cuando la necesitan.
Las personas fuertes saben que no pueden hacerlo todo solas. Son buenos para reconocer cuando están en problemas y tomar medidas, ya sea ir a terapia o solicitar una extensión de un proyecto. Saben que pedir ayuda no tiene por qué ser aterrador: es una forma de garantizar que se satisfagan sus necesidades.
4. Saben poner las cosas en perspectiva.
La vida no siempre se trata de lo que te sucede sino de cómo reaccionas ante esas cosas. Por supuesto, esto no es algo que se aplique a todas las situaciones. Por ejemplo, si pasó por un trauma, es comprensible que esa experiencia lo afecte profundamente y tendrá que superarlo, explica la Asociación Estadounidense de Psicología. Dicho esto, en general, las personas fuertes pueden ignorar las cosas pequeñas como un mal día o compañeros de trabajo mezquinos. Si algo no es importante en el esquema general de su vida, no se dejan molestar por cosas que no recordarán el año que viene esta misma época.
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5. Tienen excelentes habilidades de comunicación.
Las personas emocionalmente fuertes suelen ser comunicadores eficaces. Saben que nadie puede leer su mente y viceversa, por lo que ponen todas sus cartas sobre la mesa y esperan que los demás hagan lo mismo. Cuando tienen alguna duda sobre lo que alguien quiere decir, siempre piden claridad.
6. No se disculparán por tener límites.
Las personas emocionalmente fuertes saben lo que valen. Pueden comunicar claramente sus límites a los demás y no dudan en imponerlos cuando se cruzan. Saben que merecen respeto, por eso lo exigen y siempre ofrecen lo mismo a cambio.
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7. Aprenden de sus errores.
A nadie le gusta equivocarse, incluidas las personas emocionalmente fuertes, pero todos somos humanos. Dicho esto, cuando cometen un error o son rechazados, lo utilizan como un momento de enseñanza. Aunque pueda herir un poco su ego, estos momentos no los destruyen. Aprenden la lección que necesitan saber y siguen adelante, prometiendo hacerlo mejor en el futuro.
8. Son optimistas pero realistas.
Las personas emocionalmente fuertes nunca son pesimistas. Puede ser exagerado decir que siempre son las personas más optimistas, pero ciertamente no caen en una positividad tóxica (que hace mucho más daño que bien, como confirma Psychology Today). Tienen expectativas realistas pero siempre miran el lado positivo. Por ejemplo, si pierden una oportunidad, en lugar de sentir que el mundo está en su contra, se recuerdan a sí mismos que lo que es importante para ellos no los dejará pasar.
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9. Pueden decir que no.
La mayoría de las personas, especialmente las que complacen a las personas, tienen dificultades para decir que no. Si bien las personas emocionalmente fuertes pueden (¡y son!) amables y serviciales, conocen sus límites y los respetan. Le echarán una mano a un amigo necesitado, pero no se desgastarán por otras personas.
10. Se alejan de situaciones que no les sirven.
Las personas emocionalmente fuertes no son desalmadas, pero se ponen a sí mismas en primer lugar. Son conscientes del impacto que las personas de las que se rodean pueden tener en su bienestar. Entonces, si bien muestran paciencia o gracia hacia los demás y comprenden que sus amigos no serán divertidos todo el tiempo, no toleran a las personas que los tratan mal intencionalmente. Saben que la vida va a ser bastante difícil, por lo que las personas con las que eligen asociarse no deberían hacérsela más difícil.
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11. Son extremadamente disciplinados.
Las personas emocionalmente fuertes son disciplinadas. Saben lo que deben hacer para funcionar al máximo, por lo que se aseguran de hacerlo. Esto no significa sólo cuidarse físicamente, como se mencionó anteriormente. También aprendieron hace mucho tiempo que reflexionar sobre el pasado o acechar en las redes sociales de su ex es malo para su bienestar, por lo que no lo hacen.
12. No tienen miedo de tomar decisiones difíciles.
Las personas emocionalmente fuertes tienden a ser decididas. Si bien algunas decisiones no son fáciles, no prolongarán las cosas. Por ejemplo, si saben que lo correcto es desconectar a un amigo, por mucho que les entristezca, actúan con rapidez y mantienen su decisión.
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13. No se organizan fiestas de lástima.
Las personas fuertes no son robots, por supuesto; algunas cosas los derribarán, y eso está bien. Se permiten sentir sus sentimientos, pero rápidamente se levantan y continúan.
14. Conocen sus límites.
Las personas fuertes saben que no son perfectas. Se esfuerzan por hacer lo mejor que pueden, pero también saben que hay algunas cosas que simplemente no pueden cambiar de sí mismos. Las personas fuertes no se castigan por ser humanas. Por ejemplo, una persona fuerte puede reconocer que podría esforzarse más para ser un oyente más empático cuando sus amigos necesitan desahogarse, pero también sabe que ninguna cantidad de trabajo interno o autoayuda cambiará situaciones como la neurodivergencia, por ejemplo (y eso está bien). !).
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15. No se toman las cosas personalmente.
Las personas emocionalmente fuertes reconocen que muchas veces la forma en que las tratan no es un reflejo de nada de lo que hayan hecho. Por supuesto, si comete un error en el trabajo, es razonable que su jefe se moleste. Sin embargo, si alguien es brusco sin ningún motivo, sabe que eso no significa que haya hecho algo mal, sino que cree que la otra persona probablemente esté teniendo un mal día.
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