En la batalla contra las enfermedades, el cuerpo humano cuenta con una intrincada red de defensa capaz de identificar y neutralizar las amenazas: el sistema inmunológico. Sirve como guardián, patrullando constantemente el cuerpo para mantenerlo a salvo de invasores como bacterias, virus e incluso células cancerosas.
Los científicos están aprovechando el poder del mecanismo de defensa natural del cuerpo para desarrollar la inmunoterapia, revolucionando el panorama del tratamiento médico. Mejora, redirige o restaura la respuesta inmune del cuerpo para reconocer y eliminar células anormales, como las células cancerosas o las responsables de enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide y la diabetes tipo 1.
Sin embargo, la inmunoterapia es cara. Por lo tanto, la quimioterapia y la radioterapia siguen siendo los tratamientos primarios contra el cáncer para la mayoría de los pacientes. Pero estos métodos convencionales pueden dañar tanto los tejidos sanos como las células anormales. También tienden a tener efectos secundarios debilitantes, como náuseas, vómitos, cansancio y caída del cabello.
La inmunoterapia utiliza el sistema inmunológico del cuerpo para combatir enfermedades con precisión y un daño mínimo al bloquear moléculas (llamadas inhibidores de puntos de control) como PD-L1 o CTLA-4 que las células cancerosas usan para desactivar el sistema inmunológico.
Los inhibidores de puntos de control son un descubrimiento ganador del premio Nobel y ahora son una de las formas de inmunoterapia más utilizadas. Actúan bloqueando las proteínas de la superficie que impiden que las células inmunitarias ataquen a las células cancerosas. Al levantar el freno de la respuesta inmune, estos inhibidores desencadenan el mecanismo de defensa natural del cuerpo contra el cáncer.
Tumores fríos y calientes
Los tumores a menudo se clasifican como "calientes" o "fríos" según su interacción con el sistema inmunológico.
Los tumores calientes se caracterizan por una fuerte respuesta inmune, en la que las células inmunes infiltradas interactúan activamente con las células cancerosas. Por el contrario, los tumores fríos exhiben una actividad inmune mínima, y a menudo evaden la detección por parte del sistema inmunológico.
La inmunoterapia ha funcionado en tumores calientes como el melanoma, el cáncer de riñón y el cáncer de pulmón. Sin embargo, muchos tumores (como la mayoría de los tipos de cáncer de colon) responden mal a la inmunoterapia porque pueden evadir la vigilancia inmunitaria.
Sin embargo, están surgiendo inmunoterapias que podrían ampliar los beneficios a más pacientes con cáncer, incluidos aquellos con tumores fríos. Estos enfoques incluyen terapias combinadas que utilizan inhibidores de puntos de control inmunológico más eficaces con otros agentes, incluida la quimioterapia y medicamentos en ensayos, para preparar el sistema inmunológico y mejorar el reconocimiento de tumores.
También hay otros enfoques.
Terapia con células CAR-T
La terapia con células CAR-T implica extraer las células inmunitarias de un paciente y modificarlas genéticamente para producir receptores de antígenos quiméricos (proteínas en la superficie de las células inmunitarias que reconocen el cáncer) antes de reintroducirlas en el torrente sanguíneo. Una vez dentro del cuerpo, las células inmunitarias modificadas atacan y destruyen las células cancerosas. Este tratamiento se ha utilizado en enfermedades tumorales como linfomas o leucemias, pero ahora se están extendiendo a otros tipos de cáncer.
Células asesinas naturales invariantes
Un ensayo de 2024 utilizó "células asesinas naturales invariantes", que ayudan a coordinar la respuesta inmunitaria del cuerpo, como inmunoterapia durante infecciones muy graves, cuando las personas afectadas por un ataque viral en sus pulmones ya no podían respirar. El ensayo encontró que la mayoría de los pacientes se recuperaron a pesar de estar críticamente enfermos.
A diferencia de las vacunas tradicionales que previenen enfermedades infecciosas, las vacunas contra el cáncer estimulan el sistema inmunológico para que reconozca y ataque las células cancerosas. Las vacunas contra el cáncer pueden contener marcadores específicos de tumores llamados antígenos o material genético para entrenar al sistema inmunológico para que se dirija a las células cancerosas.
Esto significa que la inmunoterapia puede ofrecer una medicina verdaderamente personalizada. Hay datos, por ejemplo, sobre vacunas contra el cáncer provenientes de ensayos clínicos basados en los cambios o mutaciones del tumor de un paciente específico.
Beneficios más allá del tratamiento del cáncer
Si bien la inmunoterapia ha obtenido un amplio reconocimiento por su eficacia en el tratamiento del cáncer, sus aplicaciones podrían extenderse mucho más allá de la oncología. Al aprovechar la capacidad del sistema inmunológico para distinguir lo propio de lo no propio, la inmunoterapia ofrece vías prometedoras para combatir una amplia gama de dolencias.
Por ejemplo, los investigadores están explorando su potencial en el tratamiento de enfermedades autoinmunes, trastornos alérgicos, enfermedades infecciosas e incluso afecciones neurológicas como la enfermedad de Alzheimer.
El tratamiento puede ser muy eficaz, pero no es así para todos. Por razones que aún no comprendemos del todo, algunas personas se resisten al tratamiento. La inmunoterapia tampoco está exenta de efectos secundarios. Las complicaciones autoinmunes pueden incluir inflamación del tejido pulmonar y del colon. El alto costo actual de la inmunoterapia puede resultar prohibitivo para muchos pacientes potenciales. Además, la aceptación del tratamiento está limitada por la selección de pacientes: elegir quién se beneficiaría más de este tratamiento y desarrollar regímenes de tratamiento personalizados siguen siendo fundamentales para maximizar los resultados.
La investigación en curso sobre inmunoterapia podría presagiar una era de tratamientos específicos y personalizados. Estos incluyen virus oncolíticos que pueden atacar el cáncer directamente y la modulación del microbioma, que utiliza bacterias para mejorar la actividad de los inhibidores de puntos de control.
A medida que nuestra comprensión de la inmunología continúa profundizándose y la tecnología avanza, la inmunoterapia podría ofrecer medicina de precisión y tratamientos personalizados para una serie de afecciones que antes eran incurables; el desafío es hacerla disponible y accesible para más pacientes.
Esta historia se publicó originalmente en Medical Xpress. Suscríbase a nuestro boletín para recibir las últimas actualizaciones de noticias de ciencia y tecnología.
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