Información Sanitaria Española

Cómo tratar y prevenir el síndrome de salida torácica

Medicamentos para disolver coágulos

Los medicamentos para disolver coágulos, también conocidos como medicamentos trombolíticos, generalmente se requieren en casos de síndrome de salida torácica que comprimen las venas y arterias. La compresión de estos vasos puede provocar coágulos de sangre peligrosos, y los medicamentos para disolver los coágulos pueden ser útiles para romperlos y prevenir complicaciones. Los medicamentos que disuelven los coágulos normalmente se administran por vía intravenosa en el hospital y solo se administran dentro de un cierto período de tiempo después del descubrimiento de un coágulo. La alteplasa, la uroquinasa y la reteplasa son algunos ejemplos de trombolíticos de uso frecuente. El principal riesgo de estos medicamentos es el sangrado excesivo y grave, y los pacientes son monitoreados de cerca mientras se administran los medicamentos. Si el coágulo se disuelve con éxito, los médicos también recetarán anticoagulantes (anticoagulantes) para que los pacientes los tomen en casa para evitar que se formen futuros coágulos de sangre.

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Medicamentos para disolver coágulos
Medicamentos para disolver coágulos. Imágenes de salud

Terapia física

La fisioterapia suele ser el primer tratamiento que recomiendan los médicos para los pacientes con síndrome de salida torácica que implica compresión nerviosa. El fisioterapeuta enseña al paciente estiramientos y ejercicios que mejoran el rango de movimiento en la parte superior del cuerpo y abren la salida torácica. Los ejercicios fortalecen los hombros y promueven una postura equilibrada. Cuando se realizan con frecuencia y con la técnica adecuada, los ejercicios de fisioterapia pueden reducir parte de la presión sobre los vasos sanguíneos y los nervios dentro de la salida torácica. Normalmente, la mayoría de los ejercicios utilizan el propio peso corporal del paciente y las bandas elásticas pueden facilitar la realización de ciertos estiramientos. Al elegir un fisioterapeuta, es posible que los pacientes deseen buscar uno que se especialice en el síndrome de salida torácica. Si alguno de los ejercicios provoca un aumento del dolor o provoca el desarrollo de otros síntomas preocupantes, los pacientes deben informar a su fisioterapeuta. Es posible que también deseen consultar a su proveedor de atención médica para asegurarse de que no se hayan producido daños adicionales.

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Terapia física
Terapia física. Tiempo de sueños

Descompresión de la salida torácica

La descompresión de la salida torácica es un procedimiento quirúrgico que puede considerarse para pacientes que no han mejorado con el tratamiento conservador. La operación se realiza con anestesia general y se puede completar con varias técnicas quirúrgicas. En la técnica transaxilar, los cirujanos extirpan parte de la primera costilla a través de una incisión en el tórax sin alterar los vasos ni los nervios circundantes.

Algunos cirujanos optarán por utilizar un método supraclavicular para el procedimiento. Esto implica hacer una incisión justo debajo del cuello para exponer el plexo braquial. El cirujano examina esta área en busca de traumatismos y puede optar por extirpar los músculos que contribuyen a la compresión. Si es necesario, eliminar la primera costilla por completo puede proporcionar una reducción adicional de la compresión. En los casos en los que se requiere una reparación extensa, se puede utilizar un método infraclavicular para reparar las venas comprimidas. Este método requiere una incisión larga debajo de la clavícula y a lo largo del pecho.

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Descompresión de la salida torácica
Descompresión de la salida torácica. CBSNoticias

Tome descansos frecuentes

Para prevenir y tratar el síndrome de salida torácica, es fundamental que los pacientes realicen descansos frecuentes. Los movimientos repetitivos de la parte superior del cuerpo que se requieren para ciertos trabajos y deportes son una de las principales causas de este síndrome; por lo tanto, tomar descansos frecuentes para descansar de estos movimientos repetitivos puede ayudar a prevenir el desarrollo del síndrome, y los descansos pueden reducir el dolor en las personas que ya padecen la afección. Idealmente, los pacientes deberían tomar un descanso al menos una vez cada veinte o treinta minutos. Durante el descanso, los músculos de la parte superior del cuerpo deben estar completamente relajados y es posible que los pacientes deseen probar algunos estiramientos suaves para reducir la rigidez. Puede resultar útil cambiar de posición varias veces durante un descanso, y es posible que los pacientes quieran considerar el uso de cojines u otros elementos suaves para descansar los brazos, los hombros y el cuello durante el descanso. Puede resultar beneficioso registrar la cantidad y duración de las pausas en un diario de síntomas. Si los pacientes determinan que están tomando descansos suficientes pero aún sienten dolor, se debe consultar a un médico.

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Tome descansos frecuentes
Tome descansos frecuentes. Tiempo de sueños

Practica una buena postura

Los médicos y fisioterapeutas sugieren que las personas practiquen una buena postura como método para prevenir el síndrome de salida torácica. Una buena postura es aquella en la que el cuerpo está correctamente alineado y equilibrado, de modo que no se ejerza una tensión indebida sobre ningún grupo de músculos o nervio. Para promover una buena postura, los pacientes pueden invertir en sillas de escritorio ergonómicas que reduzcan la tensión en la espalda. También puede resultar útil comprar escritorios para computadora que sean ajustables en altura y capaces de inclinarse para aliviar el dolor de manos y nervios al escribir. En casa, un colchón firme o una cama ajustable pueden promover una postura equilibrada para dormir y esto podría reducir el riesgo de sufrir más lesiones. Debido a diferencias anatómicas, una postura equilibrada puede parecer ligeramente diferente para cada individuo. Los pacientes que tengan preguntas sobre cómo les parece la alineación adecuada pueden obtener asesoramiento de un fisioterapeuta, un médico deportivo o un ortopedista.